Miramos el mundo a través de un cristal sucio que lo vuelve feo, pero el barro está en nuestros ojos. No somos más que golems atados a una orden hace tiempo olvidada.
Kintsugi
Verter oro en tus grietas, como arrojar una cerilla para iluminar un abismo. Hay lugares que no admiten luz
Futilidad
Eres futilidad escrita en piedra, buscando trascender. Pero olvidas que la arena de la playa también fue una montaña.
El nudo en la garganta
Dejé de ser la lágrima a punto de caer para convertirme en el nudo en la garganta
A los artistas
Septiembre
Me gustas, septiembre, por traernos días cálidos y tardes frescas. Porque eres principio tan cerca del fin. Por las granadas, que decían mis abuelos que si te las comías sin tirar ni un solo grano podías pedir un deseo y yo he desgranado mi suerte en cada intento sin que recuerde ya qué deseos acabaron por el suelo. Me gustas, septiembre, porque eres verano y otoño y a mí también me cuesta decidirme a veces.
Un instante
Eres la luz que se queda atrapada en los charcos después de la lluvia. El olor del primer día de otoño cuando el cielo presagia tormenta. Las notas de una melodía que no vuelves a escuchar.
Un instante grabado a fuego que no está hecho para durar.
Anhelamos lo que no podemos
¿Por qué no podemos evitar mirar al cielo y admirarnos con aquello que no nos pertenece? Porque sabemos que aunque lo anhelemos no lo podremos tocar. Por muy alto que subamos, las nubes nunca serán nuestro reino. Y extrañamos lo que nunca hemos tenido.
Agua
No siempre podemos ser agua que fluye y se marcha río abajo a convertirse en un mar. A veces somos agua estancada, pasto de ovas y algas muriendo al sol. Pero incluso después de evaporarse, queda una huella, la tierra recuerda su peso, quedando sus heridas abiertas, prueba de que una vez allí hubo agua.
Que no se entere el cielo
Que vengan las nubes a ocultarlo todo, que no se entere el cielo de nuestras miserias. Si estamos destinados a algo mejor, no escuchamos.