Hay días que no somos nosotros, solo un cascarón vacío, un vacío vestido con nuestra piel.
Hay días que no somos nosotros, sino una fuerza imparable que abre caminos y crea remolinos.
Hay días que no somos nosotros, somos una quietud a la espera de suceder.
Hay días que no somos nosotros, tan solo un recuerdo, algo que ya ha dejado de ser.
Hay días y más que serán y los que no volverán. Hay días que no te reconocerás y días que por fin serás.