De corazones y cazadores de tesoros

—Yo no llevo el corazón en la mano, solía tenerlo en un puño, pero ahora ya ni siquiera llevo corazón. Sólo tengo un hueco en el pecho que lleno con varias cosas, a veces humo, café, sarcasmo y canciones. Otras, sueño, indiferencia, ceniza y caramelos. Poemas, chocolate, decepciones y sonrisas.

—¿Qué le pasó a tu corazón?

—Lo guardé hace tiempo para que estuviese siempre a salvo y he olvidado donde lo dejé.

—Me haré buscador de tesoros y lo encontraré.