Cuando muera no quiero ser ceniza, ni un ángel, ni descansar entre madera.
Cuando muera quiero convertirme en sal marina y volver al océano del que venimos.
Quiero ser sal marina y besar con suavidad la orilla de playas blancas y los tobillos de la gente que pasea por la arena.
Quiero llenar los fosos de los castillos de los niños, quiero romper con furia contra los acantilados coronados por solitarios faros y llegar a fosas tan profundas que nadie jamás ha explorado.
Quiero ser sal marina y que me huelas en la brisa, incluso cuando estás tierra adentro, anhelando los veranos de tu niñez.
Cuando muera no quiero ser ceniza, ni ángel, ni descansar entre madera, quiero ser sal marina y fluir con las mareas.