Tormenta de verano
Nos gusta el verano porque llevamos la tormenta dentro y es entonces cuando estalla con más fuerza, cuando nadie la espera pero todos la desean.
La levedad de los corazones
Cuando los días están en calma, el corazón busca tormentas, chubascos pasajeros que sofoquen el sopor y limpien el polvo de todos los días.
En las noches serenas aprieta los dientes y se guarda los secretos que no te cuenta.
Su levedad se vuela en las tempestades.
La calma antes de la tempestad
Pensaba que su serenidad era imperturbable, la calma hecha persona, hasta que descubrió que se trataba de la calma antes de la tempestad y entonces entendió por qué siempre sonreía cuando el primer trueno anunciaba la tormenta.